Pollice Verso de Jean-Léon Gérôme, representando el final de un combate de gladiadores en donde el público dirige el pulgar hacia abajo en contra del gladiador derrotado.
El origen de los combates de gladiadores hay que buscarlo en las costumbres funerarias de los
Constituían una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y parecen referirse al culto de
Como no siempre había prisioneros que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira, pues tal era el momento en que se producía el duelo gladiatorio, en que la sangre que se vertía era como un holocausto ofrecido al difunto, no faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir. Tales fueron los primeros gladiadores.
Como sucedió con otras muchas costumbres de la antigüedad, los combates de gladiadores, que habían comenzado por ser un rito de significación religiosa, acabaron por ser un espectáculo público que llegó a inspirar una pasión desenfrenada.
Si se ha de creer a
Como eran muchos los sistemas ideados para combatir y variados los lances y suertes de cada combatiente, se fijaron reglas al arte del gladiador, cuya enseñanza estaba encomendada a los lanistas o gladiadores viejos.
A cargo de éstos, estaban los gladiadores fiscales, o dependientes del fisco, pues el Estado los mantenía bajo un régimen especial y les pagaba. Otros lanistas reclutaban y mantenían muchachos para combatir en la arena, que luego alquilaban para funerales, comidas y otras solemnidades. No faltaron tampoco particulares opulentos que tenían gladiadores y los césares, como es lógico, poseían los mejores.
Los autores antiguos, especialmente
Los gladiadores educados en las escuelas por los lanistas se alquilaban o vendían, de suerte que los lanistas eran al mismo tiempo sus maestros y sus empresarios. Estas escuelas, que la gente rica se daba el lujo de sostener en los últimos años de la República, estaban repartidas en diferentes puntos del territorio romano. El
Domiciano estableció cuatro en Roma, llamadas ludus Gallicus, Dacicus, magnus y matutinus.
En Preneste, Ravena y Alejandría, a causa de lo saludable de su clima, se establecieron de esta clase de instituciones imperiales y la escuela de Esgrima de Capua conservó mucho tiempo su antigua reputación.
LAS ARMAS
Medallón de bronce representando la lucha entre un gladiador y un animal salvaje.
Las armas usadas por los gladiadores eran de formas muy distintas de las que usaban los soldados romanos. Se han descubierto muchos ejemplares de ellas, principalmente en
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a mano y el brazo que no iban protegidas por el escudo iban envueltos en correas entrelazadas o en brazaletes de bronce.
las piernas iban defendidas por ócreas o espinilleras.
lanzas.
cuchillo-puñal recto o curvo.
Los gladiadores llevaban el pecho descubierto y la parte inferior del cuerpo cubierta con un vestido corto, un lienzo, que sujetaban con un cinturón, bajaba por delante hasta las rodillas e iba recogido por las caderas para no estorbar el movimiento de los muslos.
Había diferentes clases y categorías de gladiadores que se diferenciaban por sus armas y su manera de combatir. Los más populares eran los siguientes:
los samnitas tomaban su nombre de un armamento especial tomado del pueblo homónimo. Se decía que los campanianos, después de la victoria alcanzada por el dictador
en tiempo del Imperio Romano estaban muy en boga los gladiadores llamados secutores que iban armados de casco, escudo y espada.
los reciarios combatían con los secutores y vestían túnica corta o faldilla con cinturón y llevaban el brazo izquierdo cubierto con una manga, iban con la cabeza descubierta y armados de una red, un tridente (fuscina) y un puñal.
los reciarios también combatían contra los mirmillones que iban armados y combatían del mismo modo que los secutores y eran de origen galo. La habilidad del reciario consitía en lanzar la red para cubrir al mirmillón por la cabeza, inmovilizarle y clavarle el tridente a través de la misma.
los laqeuarii eran unos gladiadores que aparecieron en los últimos tiempos del Imperio y que iban escasamente armados.
los homoplachi llevaban
los gladiadores que combatían a caballo (equites) llevaban un casco con visera cerrada, los brazos envueltos en correas por arma ofensiva tenían el spiculum y por arma defensiva la parma.
los que combatían sobre carros (essedarii) querían imitar las hábiles maniobras de los guerreros bretones, modo de combatir que fue introducido en Roma por
los andabatae eran aquellos forzados a combatir y que llevaban un casco sin agujeros en la visera.
los dimanchaeri luchaban con dos espadas, género de combate que no fue conocido hasta finales del Imperio.
Es errónea la creencia de que el pulgar hacia arriba significaba perdón, y el pulgar hacía abajo significaba muerte. Este equívoco es antiguo (como demuestra el cuadro que ilustra este artículo) y sigue siéndolo, amplificado actualmente por el cine, en especial el producido en Hollywood, que no se guía, precisamente por su rigor histórico.
El día de la fiesta, los gladiadores lujosamente vestidos se dirigían al
Al llegar los gladiadores al momento final del triunfo preguntaban al público si debía matar al vencido o no, el cual previamente había pedido clemencia levantado la mano. Si los espectadores entendían que merecía el perdón bajaban el pulgar, haciendo ver que el vencedor debía arrojar su arma a tierra, aunque hay fuentes que aseguran que lo que se hacía era esconder el pulgar, queriendo decir que el vencedor debía envainar la espada.
Si se dictaminaba muerte, lo que se hacía era dirijir el pulgar en posición horizontal y con una serie de movimientos en dirección al cuerpo, que algunos han interpretado en dirección a la garganta, señalando el fatídíco punto hacia donde debía dirijir el golpe mortal. Aunque lo más probable es que el vencedor hundiera su arma entre la clavícula y el omóplato, para llegar al corazón y de esa manera dar una muerte rápida.
El vencido, en ese último momento, no ofrecía resistencia, y afrontaba su muerte con dignidad. También es bastante desconocido el hecho de que el índice de supervivencia de los gladiadores era mayor de lo que se piensa. Durante el Bajo Imperio, tan solo el emperador tenía el derecho de perdonar o condenar a muerte. Los gladiadores victoriosos recibían en premio palmas,
Los gladiadores que morían en la arena eran arrastrados al Espoliario por los esclavos que estaban al servicio del anfiteatro los cuales se valían de un garfio de hierro y los sacaban por la puerta llamada de la Muerte. Dicha puerta conducía al Spoliarium, dependencia del anfiteatro destinada a depositar los cadáveres de la arena para despojarlos de sus armas y vestiduras, acto que determina bien el concepto de expoliar de donde proviene la palabra.